lunes, 19 de agosto de 2013

Demasiado tarde

Demasiado tarde es algo que llevo demasiado tiempo repitiendome a mi mismo, para poder decirtelo y que suene convincente. Demasiado tarde, como un aviso para que reacciones (si es que tienes que reaccionar), antes de que ya no haya algo por lo que gritar; pero aquí nunca pasa nada mientras los días se van quemando poco a poco, al igual que el papel de un cigarrillo, y yo me canso de esperar.
Esperar un cambio a mejor que solo tiene lugar en mi cabeza, que tan ingenua ella, sigue pensando que la vida es igual que el guión de una película americana, y que tu una noche llamaras a mi puerta, empapada por la lluvia y alguna copa de más.
Sin embargo esto nunca va a pasar porque la mayor pandemia de esta generación no es el sida, ni la obesidad. La mayor infección que padecemos todos es el miedo. Miedo a sufrir, a salir de nuestro refugio, por mucho daño que este nos haga, seguimos pensando que este es mejor que lo que nos esperá ahí afuera. Es por eso que prefieres refugiarte en camas ajenas que nunca te han querido, ni tienen en sus planes empezar a hacerlo, y es el mismo motivo por el que mi puerta nunca va a sonar, porque puede ser que quizás en el fondo ya es demasiado tarde.

No hay comentarios:

Publicar un comentario